La tecnología puede sernos de mucha utilidad para prácticamente casi todo. Quien sabe aplicarla a cualquier sector, puede crear maravillas y aparatos tecnológicos de apoyo para lo que sea.
Gracias a este mismo concepto, hoy en día sabemos que podemos utilizar los grandes avances tecnológicos a nuestro favor para asuntos tan esenciales como consumir alimentos de calidad.
¿Quieres saber cómo influye la tecnología en este asunto? Quédate y te lo contamos.
¿La tecnología decide si un alimento es bueno?
Somos lo que comemos, y por supuesto todo lo que consumimos e ingerimos tiene que pasar unos exámenes y pruebas previos para poder ser considerado “alimento de calidad”.
De hecho, un alimento de calidad es aquel cumple con los criterios que garantizan su seguridad, valor nutricional, sabor, frescura y sostenibilidad. En general, este alimento debe ser saludable, seguro y sostenible (por supuesto debe tener un aspecto, sabor y aroma agradables también, si no ¿Quién se lo comería?).
Dicho alimento no tiene por qué ser sólo el pan ecológico, por ejemplo, ya que todos los alimentos que ves en el supermercado han pasado exámenes y pruebas para determinar si son buenos o no.
De hecho, aquellos productos “poco saludables” (por los azúcares o grasa que llevan) que pasan las pruebas, están sellados con una calificación llamada Nutri-Score. Muchas noticias publicadas como la que leemos al visitar EcoAvant critican duramente esta calificación, ya que defienden que, a pesar de llevar consigo una calificación de calidad, se sigue permitiendo que ciertos productos sean muy altos en azúcar o en grasa.
¿Qué tipo de pruebas pasan los productos para ser evaluados como productos de calidad? Entre ellas encontramos:
- Prueba de seguridad alimentaria.
El alimento debe estar libre de contaminantes, patógenos, toxinas y otros riesgos para la salud.
- Prueba de valor nutricional.
El producto debe contener los nutrientes esenciales para una alimentación saludable y equilibrada.
- Prueba de frescura.
Todo producto evaluado debe estar fresco y en buenas condiciones de conservación.
- Prueba de sabor y aroma.
Como mencionamos anteriormente, de nada sirve tener buena calidad en su interior si no cuidamos el exterior y su gusto. Por ello, debe tener un sabor y aroma agradable y representativo de su variedad.
- Prueba de sostenibilidad.
No todas las empresas producen de manera sostenible, por desgracia, pero las que llevan el más alto certificado de calidad sí. Poco a poco cada vez encontramos más productos fabricados de manera sostenible.
Tras la prueba, se certifica que dicho producto ha sido fabricado respetando los recursos naturales y el medio ambiente. Además, también cuidan de que haya sido producido sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus necesidades.
Ahora que ya conocemos qué tipo de pruebas se realizan para considerar un alimento de calidad, pasamos a la siguiente cuestión.
¿Cómo se realizan dichas pruebas? A través de aparatos tecnológicos, por supuesto.
De qué manera aplicamos la tecnología a calificar si un alimento es de calidad.
Como veníamos diciendo al inicio de este artículo, la tecnología ha revolucionado muchos aspectos de nuestra vida, incluyendo la manera en que ingerimos alimentos.
Gracias a ella, ahora podemos ingerir alimentos de calidad de una manera más eficiente, segura y saludable, ya que se han creado aparatos y sistemas capaces de controlar y calificar cada producto para que podamos disfrutar de ellos de manera segura tras su compra.
A continuación, nombraremos algunas de las formas en las que la tecnología nos ayuda a ingerir alimentos de calidad:
- A través de sistemas de monitoreo y control de calidad.
Los sistemas de monitoreo y control son muy importantes en este proceso.
Dichos sistemas se utilizan para medir y controlar variables críticas en los procesos de producción de alimentos, como la temperatura, la humedad, la presión y el pH.
Estos sistemas son capaces de alertar a los trabajadores para avisarles de que las variables se desvían de los límites establecidos, lo que permite una respuesta inmediata y una reducción del riesgo de problemas de calidad o seguridad alimentaria.
- Mediante el uso de la tecnología de procesamiento de alimentos.
La tecnología de procesamiento de alimentos incluye una amplia gama de equipos y sistemas diseñados para procesar, cocinar, enfriar y envasar alimentos de manera eficiente y segura. Entre ellas encontramos avances tecnológicos como la pasteurización, la esterilización, la deshidratación y la congelación. Gracias a estos procesos, se reduce el riesgo de contaminación y se prolonga la vida útil de cada alimento.
- Usando la tecnología de detección de contaminantes.
Esta tecnología es fundamental durante el proceso de producción alimentaria.
Se utiliza para detectar la presencia de contaminantes en los alimentos, como bacterias, virus, metales pesados y productos químicos.
Sus sistemas pueden incluir pruebas de laboratorio, sistemas de detección de rayos X y sistemas de análisis de ADN.
Un ejemplo claro de esta tecnología lo podemos encontrar en Ibertronix Infrared & Vision, ya que esta empresa usa la tecnología para la detección de contaminantes, defectos y anomalías en los procesos de producción.
Esto ayuda a garantizar la seguridad de los alimentos y reducir el riesgo de enfermedades transmitidas por alimentos.
- Sistemas de rastreo y seguimiento.
Se utilizan para rastrear y documentar el movimiento de los alimentos a través de la cadena de suministro, desde la producción hasta la venta. Esto permite una rápida identificación y recuperación de productos en caso de problemas de seguridad alimentaria. También pueden ayudar a los consumidores a obtener información sobre el origen de los alimentos y los procesos de producción.
- Aplicaciones y herramientas de seguimiento nutricional.
La tecnología ha dado lugar a una amplia gama de aplicaciones y herramientas de seguimiento nutricional que pueden ayudar a los consumidores a tomar decisiones informadas sobre lo que comen. Estas aplicaciones y herramientas pueden incluir etiquetas inteligentes en los alimentos, aplicaciones de seguimiento de calorías y nutrientes, y sensores portátiles que pueden medir el nivel de nutrientes en la sangre.
De esta manera la tecnología nos supone un gran avance a la hora de consumir alimentos.
¿Conocías estos datos?