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¿Sabías que puedes hacer fruta deshidratada en casa?

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Antes de comenzar este artículo, para quien no lo sepa, la fruta deshidratada es fruta fresca que ha sido sometida a un proceso de deshidratación para eliminar la mayor parte de su contenido de agua. Este proceso puede llevarse a cabo mediante varias técnicas, como el secado al sol, el uso de hornos, deshidratadores eléctricos, o el liofilizado (congelación y posterior eliminación del agua en forma de vapor). La eliminación del agua ayuda a conservar la fruta durante períodos mucho más largos sin necesidad de refrigeración.

Características y beneficios de la fruta deshidratada:

  • Larga vida útil: la eliminación del agua inhibe el crecimiento de bacterias y moho, permitiendo que la fruta deshidratada se conserve por mucho más tiempo que la fruta fresca sin necesidad de refrigeración.
  • Alta concentración de nutrientes: la fruta deshidratada conserva la mayoría de los nutrientes de la fruta fresca, como fibra, vitaminas y minerales, y eso lo saben bien los profesionales de Frutos Secos del Carmen. Al eliminar el agua, estos nutrientes están más concentrados, lo que significa que obtienes más porción por porción.
  • Textura y sabor: la textura de la fruta deshidratada es más dura y masticable, y su sabor es más concentrado y dulce debido a la eliminación del agua.
  • Comodidad: es fácil de transportar y almacenar, lo que la hace ideal para meriendas, viajes y situaciones donde la fruta fresca no es práctica.
  • Rica en fibra: la fibra dietética se conserva durante el proceso de deshidratación, lo que ayuda a mejorar la digestión, regular el azúcar en la sangre y mantener la salud del corazón.
  • Antioxidantes: muchas frutas deshidratadas, como los arándanos y las uvas pasas, son ricas en antioxidantes, que ayudan a combatir los radicales libres y reducir el riesgo de enfermedades crónicas.
  • Energía rápida: la fruta deshidratada es una buena fuente de carbohidratos naturales, lo que la convierte en una excelente opción para obtener energía rápida, especialmente durante actividades físicas.
  • Mejora la salud digestiva: La fibra en la fruta deshidratada ayuda a mantener un sistema digestivo saludable, promoviendo la regularidad y previniendo el estreñimiento.
  • Control de peso: gracias a su contenido en fibra, la fruta deshidratada puede ayudar a aumentar la sensación de saciedad, lo que puede ayudar a controlar el apetito y mantener un peso saludable.

Usos comunes:

  • Meriendas: se puede consumir directamente como un aperitivo saludable.
  • Repostería: se utiliza en la preparación de pasteles, panes y otros productos horneados.
  • Cocina: se puede añadir a platos de cereales, ensaladas e incluso guisos.
  • Preparación de infusiones: algunas frutas deshidratadas se utilizan para hacer infusiones y tés.

Ejemplos de frutas deshidratadas que podemos encontrar en el mercado:

  • Uvas (pasas).
  • Ciruelas (ciruelas pasas).
  • Albaricoques.
  • Manzanas.
  • Plátanos.
  • Mangos.
  • Arándanos.
  • Higos.

Cómo prepararla en casa.

Preparar fruta deshidratada en casa es un proceso sencillo que no requiere equipo especializado, así que, si no dispones de un deshidratador de alimentos no pasa nada porque lo único que necesitarás es un horno, un cuchillo afilado, papel de horno (o rejillas de secado) y, evidentemente, las frutas que quieras.

  1. Preparación de la fruta:
    • Lavar y pelar: lava bien las frutas y, si lo deseas, pélalas.
    • Cortar en rodajas finas: corta las frutas en rodajas de aproximadamente 3-5 mm de grosor. Las rodajas más finas se deshidratan más rápido y de manera más uniforme.
    • Tratamiento con zumo de limón (opcional): para evitar que las frutas como las manzanas y los plátanos se oscurezcan, sumérgelas brevemente en una mezcla de agua y zumo de limón (1 parte de zumo de limón por 4 partes de agua).
  2. Preparación del horno:
    • Precalentar: precalienta el horno a su temperatura más baja, por lo general está bien entre 50-60°C.
    • Preparar las bandejas: coloca papel de horno o rejillas de secado sobre las bandejas.
  3. Distribución de la fruta:
    • Coloca las rodajas de fruta en una sola capa sobre las bandejas, asegurándote de que no haya ninguna montada sobre otra para permitir un secado uniforme.
  4. Secado en el horno:
    • Hornear: coloca las bandejas en el horno y deja la puerta entreabierta (puedes usar una cuchara de madera para mantenerla ligeramente abierta), esto permitirá que el aire circule y la humedad se escape.
    • Tiempo de secado: el tiempo de deshidratación varía según el tipo de fruta y el grosor de las rodajas, pero generalmente toma entre 4 y 12 horas. Revisa cada pocas horas y dale la vuelta a las rodajas si es necesario para asegurar un secado completo por ambas caras.
    • Comprobación: la fruta estará lista cuando esté seca al tacto pero aún flexible, sin partes húmedas.
  5. Enfriar y almacenar:
    • Deja enfriar las frutas deshidratadas a temperatura ambiente.
    • Almacénalas en frascos herméticos o bolsas de almacenamiento en un lugar fresco y oscuro.
  6. Ejemplos de frutas para deshidratar:
    • Manzanas: peladas o sin pelar, cortadas en rodajas o aros.
    • Plátanos: cortados en rodajas finas.
    • Fresas: cortadas en rodajas o a la mitad.
    • Mangos: pelados y cortados en tiras finas.
    • Piñas: peladas, sin núcleo y cortadas en rodajas.

Precauciones para el consumo:

Aunque la fruta deshidratada tiene muchos beneficios, es importante consumirla con moderación debido a su alta densidad calórica y contenido de azúcar. Además, algunas frutas deshidratadas comerciales pueden contener azúcares añadidos y conservantes, por lo que es preferible elegir opciones sin aditivos o prepararlas en casa.

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