Las campañas publicitarias de Loterías y Apuestas del Estado transmiten amor, paz, solidaridad, compañerismo, humor, nostalgia, etc.
En 2018, Loterías y Apuestas del Estado lanzó su campaña de verano del Sorteo de Navidad en la que animaba a los españoles a cambiar el ‘souvenir’ de sus vacaciones por un décimo de lotería para conseguir «el mejor recuerdo».
Esta campaña, que acompañó al mítico eslogan ‘¿Y si cae aquí el Gordo de Navidad?’, en referencia al lugar de verano.
“Todos conocemos a alguien que sabe de todo, los Todólogos”. Con esta curiosa premisa comenzó el anuncio veraniego de la Lotería de Navidad 2022.
Este divertido spot tiene como protagonistas a los denominados Todólogos. Según explica el anuncio estas personas “tan pronto son ingenieros como académicos de la lengua, saben de gastronomía, de enología, astronomía, y de idiomas, claro. También de climatología, de deportes náuticos. Y, por supuesto, de física”.
Pero el spot invita a los españoles a hacer el siguiente experimento: “Este verano ponles a prueba preguntando dónde va a caer El Gordo de Navidad”. Porque, “incluso los que creen que todo lo saben, no lo saben”.
Loterías y Apuestas del Estado invita a comprar un décimo porque “¿y si cae en tu lugar de vacaciones?”.
Muchos ciudadanos apuestan por Mallorca, Marbella, Benidorm, Torrevieja, Barcelona o Madrid para sus próximas vacaciones. En estas ciudades aprovechan para comprar decimos de la Lotería Nacional.
En julio de 2019 se vendieron 170 millones de décimos, comercializándose en 11.000 puntos de la red comercial de Loterías.
En Málaga nos acercamos a la administración Lotería La Piedad. Su propietaria nos cuenta que más del 12% de las ventas del sorteo de Navidad se produce en verano.
Después de ese dato aprovechamos la ocasión para comprar un décimo en esta administración y solo podemos decir que la suerte nos acompañen.
Con el décimo en las manos decidimos degustar los espetos de sardinas. Debes saber que solo hay sardinas los meses sin erre, es decir, mayo, junio, julio y agosto.
Un espetero nos explicó que es mejor comer sardina los meses sin erre porque la carne de la sardina es rica en grasa, pero genera esa grasa gracias a su alimentación, basada en plancton.
En verano aumenta la temperatura del mar y esto produce que el plancton multiplique su reproducción, por lo que las sardinas en los meses sin erre incrementan su consumo y engordan por la acumulación de grasa en su piel. Al asarla en los espetos esta grasa se licua y traslada todo su sabor a la carne.
La sardina es un pescado azul con un gran aporte de ácidos grasos poliinsaturados omega 3. También aporta selenio, yodo, hierro, magnesio, fósforo, vitamina E y vitamina D.
Contiene vitamina B6, un potente aliado para prevenir las enfermedades cardiovasculares. Los expertos explican que una sardina fresca y en buen estado se reconoce por su rigidez, la ausencia de manchas de sangre y la brillantez de su ojo.
Consumir una ración de sardinas aporta aproximadamente 280 kilocalorías. Es un pescado que suele medir entre 15 y 20 centímetros.
Este pescado es idóneo para las mujeres en menopausia y las personas que padecen osteoporosis. Es rico en vitamina A o retinol, que contribuye a la formación y mantenimiento de mucosas, dientes y tejidos.
Se recomienda consumir hasta tres raciones de pescado azul a la semana, preferiblemente los de pequeño tamaño, como las sardinas, y la ración estándar sería de 125 -150 gramos.
Una ración de sardinas, según la Fundación Española de Nutrición, “casi cubre el 100% de los objetivos nutricionales recomendados para la ingesta diaria de la población”.
Las sardinas deben formar parte de nuestra alimentación, ya que aportan beneficios y admiten múltiples elaboraciones culinarias: en escabeche, a la plancha, a la parrilla, al horno, fritas, rebozadas, en papillote, rellenas o en conserva.
«Con las sardinas en lata pasa una cosa muy singular. Si una fresca contiene unos 50 mg de calcio por cada 100 gramos, enlatada (siempre que contenga su espina, que es lo más habitual) esa concentración asciende hasta los 200 o incluso los 250 mg», informan desde el diario El Mundo.
Según un estudio realizado por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y el Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS) un consumo de sardinas regular tiene un efecto preventivo en la aparición de la diabetes tipo 2.
En el estudio, los sujetos que consumieron sardinas regularmente (200 g a la semana) durante un año, disminuyeron el número de individuos con una alta probabilidad de sufrir diabetes mellitus tipo 2 y aumentaron el colesterol HDL.
¡Este pescado previene la enfermedad cardiovascular y la diabetes tipo 2!