Las empresas de limpieza reducen la precariedad y aumentan la calidad.

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A estas alturas, no creo que haya que convencer a nadie sobre la importancia del sector de la limpieza. Hasta hace poco esta actividad se realizaba desde la economía sumergida, fundamentalmente por mujeres. Con la aparición de las empresas de limpieza, estas trabajadoras han conseguido derechos, como cualquier otro trabajador. El sector ha ganado en calidad, al mejorar la organización e incorporar maquinaria y productos industriales.

Muchas mujeres han mantenido a sus familias limpiando casas, escaleras y oficinas. Se les contrataba a título personal, la mayoría de las veces mediante un acuerdo verbal. A raíz de ahí prestaban sus servicios durante unas horas a la semana, a la quincena o al mes en cada puesto de trabajo.

Si estas trabajadoras caían enfermas, se encargaban ellas mismas de buscar a una sustituta, de lo contrario corrían el riesgo de perder el trabajo. No tenían derecho a vacaciones retribuidas. Si por lo que fuera, perdían el empleo, no podían acceder a ningún tipo de subsidio o ayuda. No cotizaban a la seguridad social y, por tanto, no podían percibir una pensión no contributiva cuando se jubilaran, aunque hubieran estado trabajando durante gran parte de su vida.

Se puede pensar que era una actividad anecdótica. Nada más lejos de la realidad. El sector de limpieza abarcaba a decenas de miles de trabajadoras.

Con la aparición de las empresas de limpieza, estas trabajadoras pasan a estar protegidas. Es cierto que cobran menos por hora que si trabajaran en la economía sumergida, pero están cubiertas en caso de accidente de trabajo o enfermedad, tienen derecho a vacaciones y disponen de un convenio colectivo.

Los usuarios de estos servicios: domicilios, empresas, comunidades de vecinos; también han ganado en calidad. No dependen de que a la limpiadora le surja un imprevisto y se tenga que suspender la limpieza. La empresa garantiza que se efectuará el servicio, si no es por una operaria, por otra.

Según nos comentan desde Servinet, una empresa de limpieza con más de 50 años de experiencia, que trabaja en el Vallés, una comarca de Barcelona, con las empresas se ha ganado en profesionalidad, especialización y mecanización.

Al contar con más volumen de trabajo, las empresas pueden invertir en maquinaria y productos industriales. Con lo que se obtiene una limpieza más profesional y de calidad. Algo que una trabajadora por su cuenta no podía hacer, ya que se lo comía de su sueldo.

Si tienen encargos suficientes, pueden destinar personal a una tarea específica y especializarlo. Por ejemplo, formar un equipo de limpiacristales, invirtiendo en góndola y camión grúa.

Limpieza doméstica.

Como bien nos recuerda Infoautónomos, un empleado del hogar debe tener contrato de trabajo y estar dado de alta en la Seguridad Social. Aunque solo venga a limpiar nuestra casa una mañana por semana. El incumplimiento de la ley tiene una sanción que va de los 626 € a los 6.250 €.

Uno puede pensar que es improbable que un inspector de trabajo visite un domicilio para cerciorarse de que todo esté en regla. Tal vez sea cierto, pero se han dado casos. El problema surge cuando sucede un accidente de trabajo, por ejemplo, que la limpiadora se caiga de una escalera limpiando una estantería. La realidad sale a la luz y el particular que la ha contratado puede verse inmerso en un problema serio.

Un caso diferente es que se contrate a una empresa de limpieza. En este caso, el particular suscribe un contrato mercantil con la empresa por unas determinadas horas, que puede ser diario, semanal, quincenal o mensual.

La empresa es quien contrata al trabajador y lo da de alta en la seguridad social. El usuario está eximido de esta responsabilidad. Paga a la empresa el precio estipulado, y será esta quien abone el sueldo a su trabajador a final de mes.

El cliente sabe que todos los martes a las 10 de la mañana, por poner un ejemplo, irá una persona a limpiar su domicilio. Puede que sea la misma trabajadora de siempre u otra diferente. Lo que sí puede estar seguro es que el servicio se realizará.

Comunidad de propietarios.

Uno de los gastos fijos de una comunidad de propietarios es la limpieza de las zonas comunes. Todos los vecinos pagan una cuota mensual y esperan que la escalera, el vestíbulo y el ascensor estén en condiciones.

Queda muy lejos aquella época en la que los vecinos se turnaban para limpiar el trozo de la escalera que le correspondía. Se establecían turnos rotativos por planta. A cada piso le tocaba limpiar su parte, cada semana, una vez o dos al mes. En ocasiones creaba roces de convivencia entre los vecinos, pues a uno de los pisos no le había dado tiempo a cumplir su turno o algún vecino valoraba que la limpieza no era la correcta. Con el tiempo, las comunidades se dieron cuenta de que la mejor forma de asegurar el servicio es contratar a una persona o a una empresa para ello.

Una comunidad de propietarios no tiene personalidad jurídica, como si fuera una empresa; sin embargo, está obligada a solicitar un CIF a la agencia tributaria. Un código de identificación fiscal que le autoriza a contratar servicios que le beneficien al conjunto de los vecinos.

En el caso de contratar personal directamente, debe ser mediante contrato de trabajo. Como lo haría en el supuesto de que tuvieran un portero. Puede contratar servicios, como es el mantenimiento del ascensor, reformas en fachada e interior o, en este caso, la limpieza. Como sujeto susceptible de contratar, puede ser demandado por incumplimiento de sus responsabilidades.

En la actualidad, para descargar a los vecinos de tanto papeleo, muchas comunidades optan por contratar a un administrador de fincas. Estos tienen a empresas con las que trabajan asiduamente, bien por la relación calidad- precio o porque se ajustan a las exigencias de los vecinos. Entre estas empresas se encuentran las de limpieza.

Limpieza en empresas.

El periódico on line RRHH-Digital informa que el sector de la limpieza se encuentra dentro de las 10 ramas de servicios que más empleo generan en España. Su facturación se sitúa en torno a los 11.000 millones de euros anuales, lo que supone casi un 3% del PIB. Una parte importante viene de su trabajo directo con las empresas.

Las administraciones públicas fueron de los primeros en recurrir a las empresas de limpieza. Todos sabemos lo importante que es la limpieza en un centro de salud, en un colegio y en un edificio público.

Pronto se extendió a áreas con un gran tráfico de gente, poniendo especial hincapié en dependencias en las que se debe extremar la higiene, como los lavabos públicos. Es el caso de los centros comerciales o las estaciones de transporte, donde la empresa dejaba un parte a la vista del público para informar de a qué horas se había producido la desinfección.

En la actualidad, una buena parte del sector privado acude a las empresas de limpieza para garantizar el estado higiénico de sus instalaciones. Se ha demostrado que una correcta limpieza aumenta la productividad de los trabajadores, que no deben preocuparse de otra cosa más que de cumplir con sus tareas. La limpieza también reduce el riesgo a padecer enfermedades y accidentes en el centro de trabajo. La suciedad es un medio de propagación de gérmenes y bacterias, y causa de resbalones y caídas.

La limpieza es una cuestión básica para ofrecer una buena imagen. Por eso, ya no solo edificios de oficinas, sino todo tipo de empresas recurren a las empresas de limpieza para mantener una higiene permanente.

Este volumen de trabajo ha posibilitado la especialización en el sector. Las empresas de limpieza ya no solo disponen de equipos para trabajar en interiores, como pueden ser las oficinas, sino que destinan medios para hacer frente a la limpieza de cristales, utilizando grúas para dejar impolutas las ventanas de un edificio completo, se encargan de la limpieza de exteriores (pulido, fregado y barrido de pavimentos con medios mecánicos y manuales) y de zonas en las que se incrusta más la suciedad como puede ser un parking o una nave industrial.

Las empresas de limpieza destinan recursos en medios de seguridad e higiene para sus trabajadores y en impartir cursillos para formarlos en protocolos de seguridad y en el correcto manejo de los productos. No olvidemos que para la limpieza profesional se emplean una gran cantidad de productos químicos, que de no manipularlos de forma adecuada, son perjudiciales para la salud. El empleo de estas prácticas ha mejorado la seguridad laboral y las condiciones de trabajo en este sector.

En estos momentos, muchas empresas pueden ofrecer servicios integrales de limpieza. Encargándose de todas los aspectos referentes al mantenimiento y limpieza de un edificio. Desde el área de oficinas, hasta la fachada o el aparcamiento. Disponiendo de maquinaria y personal cualificado para cada tarea.

Las empresas de limpieza mejoran la calidad del servicio a nivel privado, público y doméstico, dando el valor que se corresponde a un servicio durante mucho tiempo menospreciado y mejorando las condiciones de trabajo en el sector.

 

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